Cuando consumimos dulces tenemos que estar conscientes de la rica fuente de azúcares que éstos representan. Ese azúcar es utilizado por bacterias presentes en la boca, generando ácidos que provocan desmineralización de la estructura dental y la consecuente aparición de caries. Es por eso que los alimentos muy ácidos como el limón, tienen ese mismo efecto cuando son consumidos en exceso o colocándolos en contacto directo con los dientes. Cabe señalar que los dulces pegajosos como chiclosos, tamarindos, gomitas, etc. son los más perjudiciales, ya que permanecen un mayor tiempo en contacto con la superficie de los dientes, además de contener altos niveles de azúcar.

Por otro lado, una dieta equilibrada provee los nutrimentos esenciales para mantener un óptimo estado de salud dental; cuando abusamos de los azúcares estamos más propensos a desarrollar nuevas caries y acelerar el avance de las ya existentes. Nunca deben faltar en nuestra dieta alimentos ricos en calcio y vitaminas A y D (leche y derivados lácteos), importantes para el mantenimiento de la salud de huesos y dientes.